El hígado es un órgano indispensable en el funcionamiento del organismo, con alrededor de 500 funciones, incluyendo la eliminación y neutralización de toxinas, por lo que siempre se deben de considerar algunos hábitos que favorezcan al paciente con o sin enfermedad hepática.
Tener una dieta balanceada que incluya verduras, granos, legumbres, cereales y frutas te ayudará a tener un hígado libre de toxinas.
Tomar de 2 a 3 litros de agua por día, y reducir el consumo de bebidas alcohólicas; evitar los alimentos procesados altos en azúcares o estimulantes y realizar ejercicio de manera regular, aportarán a tu calidad de vida.
El hígado en condiciones normales “se limpia” por si solo, filtrando las toxinas y desechos que llegan al organismo.
Sin embargo, si existe la sospecha de enfermedad hepática, o existen síntomas como ictericia, hinchazón, náuseas, diarrea y dolor en la zona, debes acudir con un hepatólogo certificado, ya que será el responsable de evaluar, diagnosticar y determinar un tratamiento adecuado para ti.
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