Las várices esofágicas son venas anormales dilatadas en el tubo que conecta la
garganta con el estómago (esófago). Se dan con mayor frecuencia en personas
que padecen enfermedades hepáticas graves.
Se causan cuando el flujo de sangre normal al hígado se bloquea por un coágulo o
tejido cicatricial, y para evitar los bloqueos, la sangre fluye hacia vasos sanguíneos
más pequeños que no están diseñados para transportar grandes volúmenes de
sangre, filtrándolos o rompiéndolos.
Otras causas pueden ser la cicatrización severa del hígado #cirrosis, coágulo
sanguíneo #trombosis o alguna infección parasitaria.
Su principal síntoma son las hemorragias, y pueden aparecer como:
Vómitos de grandes cantidades de sangre
Deposiciones oscuras, alquitranadas o con sangre
Además de generar aturdimiento y pérdida del conocimiento en casos graves.
Se puede sospechar de várices esofágicas si existen síntomas de enfermedad
hepática como la coloración amarilla en la piel y los ojos, sangrado con facilidad,
formación de hematomas y acumulación de líquido en el abdomen.
Es importante mencionar que cada paciente es diferente y puede o no tener 1 o
más síntomas relacionados.
Actualmente no existe ningún tratamiento para evitar el desarrollo de várices
esofágicas, pero si eres una persona con enfermedad hepática, se recomienda no
beber alcohol, seguir una dieta saludable, mantener un peso saludable y evitar el
uso excesivo de productos químicos de limpieza o aerosol, ya que el hígado
elimina toxinas del cuerpo, y con ello reduces la cantidad a procesar.
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